Responsabilidad Social Corporativa

Seguramente te preguntarás cómo hemos llegado a colaborar con una escuela en la India.

Nuestro contacto con el proyecto ocurrió en 2016 durante un viaje organizado.

Pawan en los comienzos de la escuela Después de habernos identificado en el aeropuerto de Nueva Delhi a la persona de la agencia de viajes que nos esperaba con el típico cartelito con nuestros nombres, fuimos acompañados a un monovolumen donde después de colocarnos unos collares de caléndula nos dijeron “namasté”, nos dieron la bienvenida a la India y se presentó nuestro guía, Pawan.

Como solo estábamos dos personas le preguntamos cuántos íbamos en el grupo. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando Pawan nos dijo “están ustedes solos para este viaje, amigos”.

Comenzamos el viaje con un guía y un chófer para nosotros solos, y como es lógico, intimamos con nuestro guía, Pawan, una excelente profesional que iba haciéndonos descubrir y amar la India poco a poco.

Supimos que Pawan tenía una hija a la que adoraba (ahora tiene dos niñas) que su mujer se llamaba Vibba y que era guía turístico gracias a que había aprendido idiomas mientras estudiaba en Jaipur.

También nos contó que su proyecto vital era la construcción de una escuela en su pueblo para que los niños pudieran mejorar su vida mediante los estudios y la educación.

Annett Kreuz

Le pedimos que nos contara más sobre ese proyecto, y nos dijo que ya estaba en marcha gracias a la ayuda de una persona española, Anette, de origen alemán pero afincada en España desde hacía muchos años. Anette se había involucrado en el proyecto consiguiendo el dinero para empezar si Pawan ponía el terreno para construir la escuela.

La zona donde está la escuela pertenece a Uttar Pradesh, una provincia de nada menos que 250 millones de habitantes.

Las personas de alrededor de la escuela son agricultores. Tienen terrenos fértiles pero muy pequeños, por lo que consiguen sobrevivir cultivando lentejas, arroz y hortalizas y necesitaban toda la mano de obra posible, incluidos los niños.

Se puede comprender lo poco animados que podría estar la familia de Pawan a ceder terreno para la construcción de una escuela.  

Como es lógico le preguntamos de dónde venía la idea de ese proyecto y también si no había colegios públicos en la zona.

Sorprendentemente nos explicó que sí que había colegios públicos, pero que a pesar de estar bien dotados los niños no aprendían mucho en ellos por lo que los padres, analfabetos en su mayor parte, no veían con buenos ojos que los niños fueran a la escuela a perder el tiempo.

También nos contó, con emoción, como su padre, Chandu Lal, un agricultor de la zona, pensaba que se podía mejorar la vida mediante la educación y la formación. Chandu Lal era muy religioso y caminaba descalzo meditando un largo camino todos los días antes de la jornada laboral para asistir a un templo.

Chandu, con oposición familar por no ver la necesidad, envió a dos hijos, Pawan y su hermano, a Jaipur a estudiar a casa de un tío. La comida de sus dos hijos corría a cuenta de él, así que les enviaba arroz y lentejas para que pudieran subsistir.

Por desgracias del destino, Chandu Lal falleció repentinamente y sus hijos de Jaipur tuvieron que comenzar a trabajar y lo hicieron como guías turísticos.

La pasión de Chandu Lal por la educación de los niños es el fuego que movía a Pawan a luchar por ese proyecto y su pasión la que hizo que pensáramos en hacer algo nosotros para ayudar, más aún cuando nos dimos cuenta con qué poco se podía hacer mucho allí. Pensad que el sueldo mensual de un profesor, perfectamente formado y cualificado, de la escuela es de unos 70 u 80 euros al mes.

La escuela en sus comienzos

Le preguntamos en qué podríamos colaborar y que cuántos niños había.

Nos explicó que no llegaban a cien y que los padres, tras muchos esfuerzos por su parte iban aceptando progresivamente enviar a sus niños a un colegio en el que los que tienen algo de dinero, debían de pagar.

La situación de la mujer en la India no es fácil pero vimos la lucha de Pawan por integrar a la mujer en la escuela. Había conseguido tener un 40% de niñas asistiendo a las clases.

El buen hacer de la escuela y lo contentos que volvían los niños del colegio a sus casas explicando que aprendían mucho fue haciéndola crecer poco a poco.

Por nuestra parte, decidimos comprar un generador eléctrico. En esa zona de la India la luz eléctrica acababa de llegar y se cortaba muchas veces al día. A veces volvía y a veces tardaba horas en hacerlo. O días.

 

primer genrador

 

Era necesario poner a funcionar ventiladores porque el calor en las aulas con más alumnos, los más pequeños, era insoportable.

Y así, de esta forma tan casual, empezamos a involucrarnos con el proyecto de lo que se llamaba Chandu Lal Memorial School Trust o CL Memorial School Trust como la podréis encontrar en internet.

Volvimos a España sin conocer la escuela más que por fotografías pero seguimos pensando en ella.  

 

 

 

 

 

Al año siguiente volvimos a la India con la intención de conocer nuevas zonas del país y por supuesto la escuela.

Pawan nos pidió que hiciéramos una revisión médica a los niños y nos dimos cuenta que el estado de salud era aceptable, no muy nutridos pero razonablemente bien. Sin embargo muchos se quejaban de trastornos digestivos.

revision medica

Preguntamos a varias personas que conocían las costumbres de la zona y nos explicaron que no había muchas posibilidades para beber en la escuela, eran muchos niños para una bomba manual que accionaban las niñas mayores mientras los demás hacían cola y que también solían beber de los charcos en el camino a la escuela.

agradecimeinto

Ese año compramos un sistema de filtrado, depuración y enfriador de agua para la escuela, se instaló dentro porque el agua fresca allí es un lujo y atraía a muchas personas de los alrededores. Tanto así que muchos padres de los niños de la escuela iban a ver eso del agua fría porque no terminaban de creer del todo lo que les contaban sus hijos.

La escuela fue creciendo rápidamente, se consiguió permiso de las autoridades de educación para impartir educación secundaria y también dos pisos más.

Ahora hay más de 800 niños y niñas que vienen encantados a la escuela. Un alto porcentaje de las familias puede permitirse pagar los 5 euros mensuales de la educación primaria y los 7 euros mensuales de la educación secundaria. Estas cantidades  que pudieran paracer poco dinero a nuestros ojos, son inalcanzables para  muchas familias. En esos casos la escuela se hace cargo de los gastos para que ningún niño se quede sin escolarizar.

Actualidad

Los resultados académicos son excelentes. Allí se hacen exámenes oficiales controlados por el estado y son extremadamente serios. Se presentan nada menos que seis millones de estudiantes. Algunos de los de nuestra escuela han conseguido quedar entre los 500 mejores. Un gran éxito!

 El rápido crecimiento de la escuela crea diversas necesidades.

La electricidad sigue cortándose muchas veces al día y el generador ya se queda pequeño para dar servicio al edificio y a sus demandas energéticas.

El generador antiguo, si bien ya ha trabajado lo suyo, va a ser trasladado a otro proyecto que está en marcha.

Se llama “La Casa Azul” y es un lugar para que los niños que pertenecen a la cuarta casta, a los Dalit, se puedan escolarizar. Son la casta más pobre, lo que en la India es mucho decir.

Conscientes de eso, en el viaje de este año hemos adquirido un nuevo generador con mucha más capacidad y más silencioso, que va a cubrir durante años ese grave problema, porque los ventiladores, la luz y las aulas informáticas van a poder ser utilizados sin interrupción.

No tienen nada de nada y los costes de su educación corren a cargo de la asociación.

Pawan repartiendo mantas a mujeres de la cuarta casta

También se reparten mantas y otras necesidades porque realmente carecen de absolutamente todo.

Os iremos contando más detalles y noticias de nuestro proyecto en este apartado de nuestra web.

 Si queréis saber más podéis visitar la web en:

https://clmemorialschooltrust.com